13.3.07

Tokio #1

Primer día en Tokio.
(English version soon)

¡Que flipe, coleguis!! Mi primer día en Tokio fue increíble. Una mezcla de todo: el cansancio más absoluto, la alegría enorme de ver a una querida vieja amiga esperándome en el aeropuerto, una fascinación total por la grandiosidad de la ciudad, la incredulidad de estar rodeado por japoneses POR TODOS LADOS, la satisfacción por arreglármelas más o menos bien en la gran ciudad, y miles de cosas más. En fin, difícil de explicar.

Mis primeras impresiones de Japón fueron desde el aire. Tuve la suerte de sobrevolar trasversalmente el país en pleno día despejado y claro. Me llamaron mucho la atención los “Alpes Japoneses”, con sus picos nevados. Y también la distribución del territorio en las cercanías a Narita, con sus granjas perfectamente alineadas, cada una con su casa, invernadero, bosquete y zona de cultivos abiertos. Y así igual para la siguiente y la siguiente después.

Tras aterrizar, en el aeropuerto me esperaba Sayaka-san, amiga de la época de Edimburgo, a la que no veía desde hace casi 6 años y con quien me puse al día mientras tomábamos un café allí mismo. Fue toda una alegría vernos de nuevo y saber de ella.

El resto del día lo pasé buscando donde dejar los 46 kilos de equipaje que traje para moverme por la ciudad. En la concurrida estación de Shinjuku encontré dónde, después de dar más vueltas que una lavadora y casi reventarme la espalda de cargar con las condenadas. Después, fui directo a buscar el servicio técnico de Fujifilm, para arreglar mi el flash de mi FinePix. El lugar al que la llevé se llama Fujifilm Service Station y es un servicio técnico que promete tenértela lista en 40 minutos. Mientras esperas por la cámara, te puedes tomar un café gratis, ver la increíble colección de revistas de fotografía que tienen o ver la tele. En mi caso, me dicen que espere a la próxima semana, porque (como no) mi cámara es de exportación y las piezas vienen de fuera. Sin embargo, dicho y hecho, en cinco días llegaron los repuestos y al volver a ir, me la arreglaron en 1 hora y media (tuvieron que cambiarle la placa entera, a pesar de que pensaban que el problema era otro). Por 8000 yenes, la cámara tiene flash operativo, placa nueva y panel delantero nuevo.

Como ya iré contando, el viaje está teniendo una serie de casualidades muy extrañas. Una gorda fue que el edificio en el que está el servicio técnico de Fujifilm está de camino al muelle desde donde se embarca para Ogasawara. Este primer día busqué el servicio técnico y me perdí. Caminando, fui a dar justo al lugar en que siete días después embarcaría para las islas. Estuve dando vueltas por el paseo junto al muelle, tomando fotos y pensando “Qué lugar más guay”. No fui consciente de donde estaba hasta 5 días después, cuando miré mi billete de ferry.

Tras lo de la cámara tenía un hambre terrible y me metí en la zona de Hamamatsuchoo buscando un lugar típico. Terminé dando con un garito enanísimo que vende unos udon deliciosos y con cuyos empleados me pegué media hora hablando en un japonés terrible (por mi parte) sobre Ogasawara, Canarias y Pamplona. Me encantaron. Mi primera comida fue no solo deliciosa sino super entretenida, gracias a estos dos señores simpatiquísimos y sus habladores clientes.

Por la noche, me encontré con mi anfitriona en los siguientes siete días, Maki-san, amiga también de la época de Edimburgo. Nos vimos en la estación de tren de Ogikubo, donde ella vive, un barrio muy tranquilo y residencial algo lejos del centro. Una vez en casa, ducha y a cenar. No pude creer mis ojos cuando vi el increíble festín de comida japonesa que Maki ha preparado: sushi, estofado de cerdo, tofu frito, muslos de pollo con soya y espinacas con copos de atún. Nos pusimos morados de tanto comer y tras casi dos días sin dormir apenas, yo me eché un sueño como pocos.

2 comments:

Belsic said...

Es evidente que te lo estás pasando de maravilla. Sigue así, que nosotros nos quedaremos aquí muertos de envidia. No dejes de ir al Templo de Kinkakuji, en Kyoto. Dicen que es estupendo.
Yo seguiré deseándote suerte desde aquí.

NASH said...

Hola guapo... soy Nata la primigüí... veo que por ti no pasan los años... qué envidia me das... espero que lo pases genial y que te vaya muuy bien en esta nueva etapa de tu vida... Un beso enorme.