8.10.08

La lluvia... con Ramen, ¿qué más da?

Hoy ha llovido en Tokio. Estaban anunciadas lluvias y cayó menos de lo que me esperaba. Pero cayó a lo bestia, en un palo de agua tal que no habrá que regar el perejil y los tomates en tres días. Mejor para ellos.



Por la tarde, después de dar las dos últimas clases del día con un rugido constante en el estómago del hambre tan grande que sufría, me he dado un pequeño gusto comiendo un bol de ramen en uno de los mejores lugares al efecto en Jiyugaoka. Hace unos meses salio a la venta en Tokio la guía (supongo que anual) de restaurantes de ramen y yo me la compré, de novelero. Llevo tiempo queriendo empezar a probar lugares de la guía, para ir aprendiendo a distinguir todos los tipos de fideos, caldos, salsas y extras que componen este plato tan absolutamente perfecto para una cena tarde, después de trabajar.

Pues parece que le ha tocado ser el primero a este local, que en verdad son dos locales con el mismo nombre: Jiyugaoka Ichibanya ("el local número 1 de Jiyugaoka") situados muy cerca de la estación de tren. He probado los dos locales, pero el más antiguo, me gustó más, no sólo por ser más viejo, sino porque el señor que hace el ramen es de lo más simpático y buena vibra y hasta se dejó caer un par de explicaciones que aumentaron mi rudimentario conocimiento del vocabulario necesario para pedir un bol. En este local, hoy pedí "negi ramen" (abajo), al que le ponen puerro en juliana y dados de cerdo cocinados para saber a gloria bendita. Los 850 yenes estuvieron más que bien gastados. Sin embargo, la estrella del menú es el tokubetsu ramen ("ramen especial de la casa"), que por 950 yenes incluye huevo y unos dados de panceta con un logradísimo sabor a brasa y salsa de soja. El especial lo probé en el local nuevo (abajo), menos acogedor pero con mucho más espacio.

Después de una cena así, no sólo se queda uno como un rey, sino que ya le pueden echar lluvia, rayos o truenos. Bueno, yo de esos he tenido mi ración este año. No quiero más. Ahora,.. el ramen, que siga viniendo, que se le hará un hueco.