Esto sale un poco tarde, pero es que he tenido una semanita... que ya te digo. El caso es que el fin de semana pasado tuvo lugar el inolvidable bautizo de Noa y Hugo, los hijos de mi mejor amigo, Jaime y la maravillosa Dácil. Como les contaba el otro día yo soy uno de los padrinos de la bella Noa, de apenas cuatro meses de edad. La ceremonia, la comida, lod dos días que pasamos en "El Buen Retiro" de Güimar y la buena vibra de todo el mundo hizo la experiencia absolutamente inolvidable. La verdad es que nunca pensé que ser padríno fuese algo que hiciese tanta ilusión. Si bien es cierto que la magia e ilusión que le echen los padres influye mucho. Pues eso, familia, que sean muy felices, que los niños les traigan felicidad y que el amor que disfrute la parejita se multipique con el que le brindemos los padrinos. Y por cierto, gracias por este regalo.
19.11.06
Noa y Hugo
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