28.3.07

Tokyo #5

(English in Comments)

Quinto dia en Tokyo

El fin de semana se fue y el Lunes se presentaba lleno de posibilidades: compras, registrarme en la embajada, hacer turismo, etc. Sin embargo, las ganas de salir temprano y hacer miles de cosas no las compartió mi motor de 4 válvulas, que se levantó algo frío y le costó arrancar. A media mañana vine a liarme la manta a la cabeza y arranqué al centro.

No he dicho mucho acerca del jet-lag, pero sin duda, mi caso no fue muy habitual, teniendo en cuenta que casi no dormí durante dos días antes de venir a Japón. De cualquier modo, seguro que lo sufrí, aunque no me quedó del todo claro el cómo. Por ejemplo, en los trenes, me quedaba frito HASTA DE PIE. Eso para mí es bastante inconcebible en otra situación. Pero lo gracioso del tema es que el 50 por ciento de los japoneses que usan el tren metropolitano se quedan fritos y refritos como buñuelos en los calentitos asientos del tren, y algunos hasta de pie, demostrando un equilibrio perfecto dormidos en posición vertical. Así que no me queda claro si lo mío era jet-lag o simplemente modorra nipona. Y el caso es que por las noche dormía perfectamente. Dicen que el jet-lag dura un día por cada hora de diferencia: en mi caso serían 9 días. En fin, que no me queda claro.

Pues eso, que salí de casa, me senté en el tren y me quedé más tieso que un palo de escoba. Pero como no había quedado con nadie, no importaba pasarse de estación. Fui de tiendas principalmente, y como necesitaba algunas cositas para mi iBook, decidí ir a la Apple Store de Ginza. Y claro habiendo estado en las tiendas Apple de Tenerife y Madrid, llego a la de Ginza y descubro lo que es una tienda Apple. Me interesó mucho la sala de seminarios de la 5 planta(¿) en que se hacía una demostración del uso de un software. La planta de accesorios era también impresionante.

Había oído bastante acerca de Ginza y estaba intrigado por conocer una de las zonas de compra más selecta de Tokio. A su vez, es uno de los distritos más fáciles de recorrer por el trazado perfectamente cuadriculado de sus calles y su manejable tamaño. Vi un par de restaurantes españoles y abundantes tiendas de marcas conocidas y de cualquier modo, caras. La escasez de placas con nombres de calles en Tokyo (comparado con Europa) es menos patente en Ginza, donde algunas de las principales tienen sus nombres visibles colgados cerca de los semáforos. Lo que sí que son patentes son los anuncios en pantallas sobre la fachada de los edificios y su sonido a todo trapo.



Por la tarde Maki-san me invitó a una clase de ikebana en la zona de Ogikubo, cerca de su casa. Su escuela de ikebana es una pequeñísima y vieja sala arrendada que se usa dos veces en semana para las clases. Está situada en un segundo piso, justo encima de una floristería. Yo, la verdad, es que iba un poco cagado por que sabía que la profesora es una de las mejores de su escuela y porque no tenía ni la más pajorera idea de arreglo floral y menos japonés. Sin embargo, la clase fue de lo más amena y todo el mundo fue amabilísimo. Las alumnas eran 4 y el único varón y extranjero era el menda lerenda, je, je. Primero fuimos a elegir las flores a la tienda y luego la profesora me instruyó a arreglarlas de acuerdo a mi intuición y a unos preceptos muy básicos que creo que entendí más o menos. El ikebana es toda una ciencia y un arte al mismo tiempo, y no es nada fácil, especialmente, cuando lo que busca es la sencillez. Tras unos primeros momentos de sentirme como un elefante en una cristalería, empecé a relajarme e ... hice lo que pude, ;-) El estilo de la clase es muy interesante: parece primordial que uno busque las flores, la distribución y la sensación con la que uno se quiere quedar ese día, el resto es seguir las reglas básicas del ikebana. Pero aunque sean “básicas” no son para nada sencillas. Con todo, mi arreglo fue un poquillo desastre, pero con la ayuda de la profe, se arregló un poco y quedó bastante decente En el descanso tomamos té verde y unas pastas buenísimas que la profesora, Morishige-sensei, trajo para todos. Luego un poco más de trabajo y al final, nos pusimos a charlar sobre Ogasawara (recurso perfecto y recurrente para una conversación en Tokyo).

Mi arreglo, arreglado por la profesora.

26.3.07

Tokyo #4

(español en el primer comentario)

Fourth day in Tokyo

This was quite a relaxed day. We were in no hurry to get nowhere, plus the city was noticeably quieter, so it really felt like a regular Sunday anywhere else.

The plan for the day was straightforward: visiting the Ikebana International Fair, held in Tokyo’s Prince Hotel. Maki-san has been taking ikebana training for a couple of years and this event would congregate all the mayor ikebana schools in Japan plus an international fair organised by International Embassies located in Tokyo. The 1-day event consisted in a large display of ikebana flower arrangements by the major schools in Japan, including the Shane school, in whose precepts Maki-san is getting trained. As you went in the large conference room, you were greeted by an outstanding live demonstration of Thai flower arrangement. So far to me, Thai culture of beauty had been noticeable in its detailed preparation food dishes, but here I also learnt about the tremendous care and art the put in flower arrangement. The whole event today had a strong component of Thai culture, because the Thai Embassy had a key role in the organisation.


Performance of Thai drumming and traditional dance

The display of Japanese ikebana was quite impressive too. The major schools displayed their masterpieces for the Festival in a separate room where lunch was being served for special guests. Among the different artworks, as Maki-san, pointed out, the Shane school outstood by its realistic interpretation of nature and its interesting approach to simplicity. Here’s the piece displayed by the school:


Other work was also superb. Here are some examples:




The international fair organised by the Embassies, and more specifically by the
Ambassadors’ Wifes, was also impressive. Every country contributed with a stall where traditional crafts, books, leaflets, food and drink, traditional outfits were displayed and sold for charity fundraising. Spain was present with a variety of food and crafts from all over the geography of the country. I bought the “Ambassadors’ Wifes’ Latin American Recipe Book” for my host mother in Chihijima and Maki got some delicious honey from South-East Asia. I love this kind of fairs, man. I walked along the stalls countless times, trying food, drinking samples and checking everything on display. It was fun.

24.3.07

Tokyo #3

(English version soon)

Tercer día en Tokio

Este día fue más largo que un pedo de culebra. Me levanté tempranísimo para que me sobrara tiempo por si me perdía de camino a las oficinas de Peace Boat, en el distrito de Takadanobaba y con suerte sólo me perdí una vez, que me salté una estación de tren por pura equivocación. Pero en la línea Yamanote, la más importante del tren metropolitano (que no metro) eso no es un problema, porque hay trenes cada 2 a 4 minutos. Así que con la misma cogí el tren de vuelta y solucione el desaguisado. Con todo, llegué aún con tiempo de sobra.

Para los que no lo sepan, Peace Boat es una ONG japonesa que tiene un barco que da la vuelta al mundo tres veces al año y lleva pasajeros que pagan por el crucero y en él tienen la posibilidad de empaparse de iniciativas en decenas de países con las que la ONG tiene relación y que van todas encaminadas a la promoción de la paz en el sentido mas amplio. El viaje es magnífico como modo de conocer un montón de países y además como vehículo para conocer gente que trabaja en todo tipo de proyectos para hacer el mundo un poco más justo y pacífico. Y una de las actividades que los turistas pueden llevar a cabo es aprender idiomas, en concreto inglés y español. Y para eso hacen falta profesores…Asi que en su dia puse mi solicitud en Tenerife y arreglé las fechas del viaje a Tokio para que coincidiera con las de la entrevista, por si me seleccionaban. Y así ocurrió.

Este sabado nos presentamos 6 angloparlantes y 2 hispanoparlantes. Había gente de EEUU, Gales, México y un español. El día empezó a las 9 y para mí terminó a las 6 y pico de la tarde. Lo primero fue una introducción a la organización, luego cada uno de nosotros, por turnos hicimos una demostración de clase de nuestro idioma de unos 10 minutos y luego parada para comer. En Takadanobaba TAMBIÉN hay una cantidad de restaurantes enorme; elegimos uno tailandés muy bueno. Luego por la tarde, entrevistas personales de unos 15 minutos cada uno. Adivinen quién fue el último en el horario propuesto: exacto. Así que salí de allí más cansado que el fontanero del Titanic. Se puede decir que me quedé contento de las dos pruebas. En ninguna tuve ningún fallo que considerara gordo, y aunque me frieron a preguntas, como a todos, creo que respondí más o menos suelto. Así que a la salida estaba hecho papillapero satisfecho, principalmente por habérmelo quitado de encima. , He de decir que la experiencia de estar un día entero encerrado en un edificio con gente desconocida de variados países, luchando por un trabajo de ensueño (dar la vuelta al mundo en un barco así) en mi tercer día en Tokio fue cuando menos... surrealista.

(Foto de Roma Carillo, de México, segunda por la derecha. Gracias, compañera)

A pesar de mi estado, no falté a mi cita con Sayaka-san, para cumplir uno de mis mandatos básicos en cada sitio nuevo que visito: verlo desde las alturas. Así que nos subimos a la Torre de Tokio, una réplica de la Torre Eiffel, desde donde pudimos contemplar Tokio de noche y maravillarnos ante su despliegue de luces y rascacielos.

Tokyo #2

(español en el primer comentario)

Second day in Tokyo

This was the day that my tiredness from the past three or four days really sunk in. I slept through the whole morning and almost didn’t go out of Maki’s flat at all. My main task for that day was to finish preparing for the interview with Peace Boat the next day and hardly managed to do so by the time Maki came home, ready for a night out at a local isakaya (Japanese food and drink pub). Maki’s workmates from Ogikubo and nearby get together every certain time and have a work dinner. Although I was quite dubious about going out the night before an important interview, that day I haven’t gone out and I really needed some social activity.

The dinner was really amazing. Maki’s friends were really nice and understanding of my poor Japanese and I think we all had a good time. The pub was decorated in the style of 1950s, with excellent extra-cold beer pints and amazing food. I remember particularly the yakitori (Japanese satay), that were absolutely delicious, and the natto, that, of course, Maki’s friends had to get me trying. Natto is made of fermented soya beans, but the taste, smell, and especially the consistency of it makes it quite unbearable to most foreigners. So everybody was quite expectant of my reaction to the one food that nobody from outside Japan seems to like. Maybe for their disappointment, I didn’t dislike it, although natto’s really an acquired taste. The funny thing about my first encounter with the delicacy is that the pub had run out of it and the folk were so eager to see my face when eating it that they took the pain of going to the nearest convenience store to get portions for everyone. All in all, the night was great and I had a wonderful time. The tough part would come when having to wake up first time in the morning on a Saturday after that night out.

13.3.07

Tokio #1

Primer día en Tokio.
(English version soon)

¡Que flipe, coleguis!! Mi primer día en Tokio fue increíble. Una mezcla de todo: el cansancio más absoluto, la alegría enorme de ver a una querida vieja amiga esperándome en el aeropuerto, una fascinación total por la grandiosidad de la ciudad, la incredulidad de estar rodeado por japoneses POR TODOS LADOS, la satisfacción por arreglármelas más o menos bien en la gran ciudad, y miles de cosas más. En fin, difícil de explicar.

Mis primeras impresiones de Japón fueron desde el aire. Tuve la suerte de sobrevolar trasversalmente el país en pleno día despejado y claro. Me llamaron mucho la atención los “Alpes Japoneses”, con sus picos nevados. Y también la distribución del territorio en las cercanías a Narita, con sus granjas perfectamente alineadas, cada una con su casa, invernadero, bosquete y zona de cultivos abiertos. Y así igual para la siguiente y la siguiente después.

Tras aterrizar, en el aeropuerto me esperaba Sayaka-san, amiga de la época de Edimburgo, a la que no veía desde hace casi 6 años y con quien me puse al día mientras tomábamos un café allí mismo. Fue toda una alegría vernos de nuevo y saber de ella.

El resto del día lo pasé buscando donde dejar los 46 kilos de equipaje que traje para moverme por la ciudad. En la concurrida estación de Shinjuku encontré dónde, después de dar más vueltas que una lavadora y casi reventarme la espalda de cargar con las condenadas. Después, fui directo a buscar el servicio técnico de Fujifilm, para arreglar mi el flash de mi FinePix. El lugar al que la llevé se llama Fujifilm Service Station y es un servicio técnico que promete tenértela lista en 40 minutos. Mientras esperas por la cámara, te puedes tomar un café gratis, ver la increíble colección de revistas de fotografía que tienen o ver la tele. En mi caso, me dicen que espere a la próxima semana, porque (como no) mi cámara es de exportación y las piezas vienen de fuera. Sin embargo, dicho y hecho, en cinco días llegaron los repuestos y al volver a ir, me la arreglaron en 1 hora y media (tuvieron que cambiarle la placa entera, a pesar de que pensaban que el problema era otro). Por 8000 yenes, la cámara tiene flash operativo, placa nueva y panel delantero nuevo.

Como ya iré contando, el viaje está teniendo una serie de casualidades muy extrañas. Una gorda fue que el edificio en el que está el servicio técnico de Fujifilm está de camino al muelle desde donde se embarca para Ogasawara. Este primer día busqué el servicio técnico y me perdí. Caminando, fui a dar justo al lugar en que siete días después embarcaría para las islas. Estuve dando vueltas por el paseo junto al muelle, tomando fotos y pensando “Qué lugar más guay”. No fui consciente de donde estaba hasta 5 días después, cuando miré mi billete de ferry.

Tras lo de la cámara tenía un hambre terrible y me metí en la zona de Hamamatsuchoo buscando un lugar típico. Terminé dando con un garito enanísimo que vende unos udon deliciosos y con cuyos empleados me pegué media hora hablando en un japonés terrible (por mi parte) sobre Ogasawara, Canarias y Pamplona. Me encantaron. Mi primera comida fue no solo deliciosa sino super entretenida, gracias a estos dos señores simpatiquísimos y sus habladores clientes.

Por la noche, me encontré con mi anfitriona en los siguientes siete días, Maki-san, amiga también de la época de Edimburgo. Nos vimos en la estación de tren de Ogikubo, donde ella vive, un barrio muy tranquilo y residencial algo lejos del centro. Una vez en casa, ducha y a cenar. No pude creer mis ojos cuando vi el increíble festín de comida japonesa que Maki ha preparado: sushi, estofado de cerdo, tofu frito, muslos de pollo con soya y espinacas con copos de atún. Nos pusimos morados de tanto comer y tras casi dos días sin dormir apenas, yo me eché un sueño como pocos.

Off to Japan - Me voy a Japon

(Espanhol en los comentarios)

All the events following my departure from Madrid are retained somewhere in my mind bound to an intense sense of surrealism. It's like if everything has been a dream of the kind in which you have the feeling of having been there before although you really have't. One of these dreams in which you think you're somewhere and when you go round the corner, or open that door, bam!, you're somewhere else. It's been like that since I landed in this country.

Funny enough, I have been anticipating this voyage so much, and trying to picture how it would be to be here, that very few things are actually taking me by surprise. For instance, the mindblowing moment in which you see yourself on the plane bound for Narita; I tried to imagine it so many times, really; and yet I found it really difficult to actually believe it was in deed happening. It's like if our mind had powerful anchorages to our known little world and it founded difficult to let itself be suddenly transported to a new reality.



As for the actual trip, it was actually really good. I flew with British Airways and we made Madrid to London Heathrow where we stopped for 4 hours and changed plane for a Boeing 747 that ultimately took us to Narita Airport. There were no stopovers and from Heathrow to Narita it took us about 11 and a half hours. I got the ticket from H.I.S. travel agents, with offices in London and Madrid. The ticket costed just 640 euros, but there's a trick: British Airways allows only one piece of luggage of up to 23 kilos without charge. The second piece can be bought for the ridiculous amount of 180 euros.

The weather was great, the plane flew smoothly all the way and the crew was so kind. The only problem was legroom, which is quite scarce. However I hit jackpot when they gave me a window seat so I could take some video and photos. And one of the movies they played was the one I did't want to leave Madrid without seen: "Babels". Can't complain, eh?

Roberto y Raquel

Roberto, Raquel, muchas gracias por la amabilidad, la generosidad y el cariño. Los agradezco de todo corazón y espero algún día devolverlos. Muchos besitos a la maravillosa Kika, que me reconoció después de tanto tiempo y se me hizo querer con sus arrumacos y sus saltos al regazo. Me acordaré durante mucho tiempo del pan de espelta con semillas y de la comida india en el barrio de Eduardo. Espero que la vida nos sonría a todos y que nos volvamos a ver, en Japón o en otro lugar. Cuando estén caminando por los Montes del Pardo, acuérdense de mí. Gracias por esa última sonrisa antes del avión, que tan bien me vino y tanto agradecí luego.








Urticaria podal - Sole urticaria

(For English go to Comments)

Es curioso como hay momentos en el tiempo en que nos cruzamos repetidamente con gente que está en una fase de la vida parecida a la nuestra. En mi caso, al pasar por Madrid, me crucé con Carlos, que tras varios años en Madrid, decide lanzarse al vacío y regresar a Gran Bretaña, a Gales, a un trabajo nuevo en un lugar desconocido. Luego está Juan, al que no pude ver, que se va a Estados Unidos después de años rondando por los lares españoles. Eduardo, por otro lado, llega a Madrid para instalarse después de un montonazo de años trabajando en Escocia. Jaime y Dácil regresaban esos días de un viaje por Hungría y su apuesta por una casa nueva para toda la familia es también impresionante. Y por último yo, que me mando a mudar al fin del mundo a averiguar que es lo que se me ha perdido a mi por allí.

Dicen que lo importante no es el destino sino el camino en sí. Espero que todos encontremos el sentido de nuestro camino. Besos a todos los compis viajeros a los que les sigue picando el pie. Me consuela saber que no soy el único con esta extraña urticaria podal. Nos vemos por Madrid dentro de unos años y nos contamos qué es lo que hemos aprendido.






7.3.07

Madrid

(Para español, ve al primer "Comment")

Well, first of all, sorry for not writing in a long time, but I have been, as you can surely understand, busier than ever. Last time I posted I was in Madrid. I stayed some 4 days at Roberto and Raquel’s, visiting friends and eating like mad. I suppose I have gained a couple of kilos more by using the excuse: “let’s make the most of Spanish cuisine because in Japan I will miss it so much”. Hee, hee, what a feeble excuse to stuff yourself like a Christmas turkey!

I used those four days for preparing a few things I needed for Japan and catch up with friends I hadn’t seen for ages. I also did sightseeing in Madrid and Pozuelo de Alarcón, hiked in the hills of Monte de El Pardo, visited the Sunday market of La Latina, attended a classical music concert in Reina Sofía Auditorium, etc, etc. It was quite hectic but so good. And most important, I got used to big cities again, in preparation for Tokyo.